08 abril 2012

Capitulo 18 "La luz de mi oscuridad"


Y me dijo al oído:

-          Te sienta bien la libertad, estas preciosa – en mi corazón se amontonaron los latidos. Por un momento pensé que me iba a besar. Sin apartar sus labios de mi oído noté como sonreía – No te habré asustado ¿verdad?

-          ¿Qué? – no podía decir nada más, en mi cabeza solo se veía un telón blanco mientras que en mi estomago bailaban mariposas.

Se apartó y me guiñó el ojo. Sacudí la cabeza esperando que mis neuronas hicieran conexión y se pusieran en funcionamiento.

-          Hueles muy bien Sam – me dijo con una sonrisa picara.

Fue un intento fallido, las neuronas se quedaron quietas mientras que mi corazón pretendía que me diera un ataque cardíaco. ¿Pero porque me ponía así? Noté como me subían los colores al notar que Jack me continuaba mirando.

-          ¿De verdad? – logré articular. ¿Pero que pregunta era esa? ¿a dónde quería llegar yo con eso? Ojala mis neuronas no hubieran hecho las maletas, me costaba pensar – Quiero decir... – dije nerviosa.

Entonces Jack empezó a reírse. Fue una risa suave, ni ostentosa, ni ridícula, ni chillona, era una risa suave que sonó como una preciosa melodía en mis oídos. Me quedé mirándole asombrada, era todavía más guapo cuando se reía, nunca lo había visto así.

-          ¿De que te ríes? – le dije.

-          Si hubieras visto tu cara tu también lo harías.

Le miré totalmente sería. A mi no me hacía gracia, yo como loca sin saber que ocurría en mi interior y él ¿se reía de mi? Cogí a Mikel y le acosté con la cabeza en una de las mochilas para acto seguido coger una bola de papel de los bocadillos y lanzársela a Jack. Para mi suerte no fallé y le dio justamente en medio de la frente parando sus carcajadas. Se quedó quieto con una cara de desconcierto. Entonces fui yo la que se rió al ver su cara.

-          Te vas a enterar – y se le levantó para ir a por mi.

Me escapé lo justo para que no me pillara. Haciendo que se diera de bruces contra el suelo.

-          Así que quieres jugar ¿eh? – me dijo con un tono divertido en su voz.

Le saqué la lengua y salí corriendo adentrándome en el campo de amapolas. Los dos no parábamos de reír ante la situación. Hubiera deseado que el tiempo parara allí, con esa alegría. Pero mis piernas decidieron lo contrario y justo antes de que Jack me alcanzara me caí al suelo cayendo el mismo Jack encima de mi. Entonces volvió a pasar. Su mirada me hipnotizó por completo dejándome totalmente aislada del tiempo. Estábamos rodeados del manto de amapolas. Ninguno de los dos nos movíamos, ninguno respiraba. Jack acercó su cara a la mía. Cerré los ojos en un acto de sumisión. Pero de repente noté un gran peso sobre mi.

-          ¡Os pillé! – dijo Mikel mientras saltaba sentado encima nuestro.

Me pareció escuchar una maldición por parte de Jack, pero lo deje pasar mientras volvía al mundo real.

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