12 abril 2012

Capitulo 20 "La luz de mi oscuridad"


Me desperté al escuchar el sonido de mi despertador. Los pasos rápidos de Mikel ya se escuchaban por toda la casa escapándose para no ir al colegio. Me desperecé y me puse el uniforme. Constaba de una falda plisada de cuadros a tonos azules, la camisa era blanca con el escudo del colegio a la izquierda, la chaqueta de un azul oscuro. Me puse una diadema a juego. Y baje al comedor a desayunar. Mikel estaba devorando sus cereales mientras que James leía el periódico. Jack no estaba. Era raro, el siempre era puntual al despertarse.

-          ¿Y Jack? – dije mientras me sentaba y me preparaba una tostada con mantequilla.

-          Se fue temprano, dijo que tenía algo que hacer – dijo encogiéndose de hombros sin dejar de leer el periódico.

-          Me dio esto para ti – me dijo Mikel sonriente a la oreja a la vez que metía en mi bolsillo un papelito doblado – Dijo que el tío James no podía enterarse.

Le guiñé el ojo y me apresuré a tomar el desayuno. James nos miraba curioso.

-          ¿Hay alguna noticia interesante? – pregunté como si nada estuviera pasando entre Mikel y yo.

James abrió más los ojos como si le estuviera sacando de sus pensamientos.

-          No, lo de siempre – miró el periódico de nuevo – Soy abogado, por lo tanto no me considero un estúpido, se que estáis tramando algo, pero – nos miro con una sonrisa – mientras a mi no me metáis por medio, ningún problema.

Los dos suspiramos aliviados al no tener que fingir. Le dije a James que hoy llevaría yo a Mikel a la escuela y nos fuimos. Tenía a Mikel cogido de la manita mientras con mi otra mano tocaba la nota que tenía en el bolsillo ¿Qué pondría?

-          Sam, ¿vendrás tu a buscarme hoy? – me dijo con la ilusión iluminándole la mirada.

-          Esta bien, vendré a buscarte y si quieres luego vamos al parque a jugar ¿vale? – me encantaba hacerle feliz. Era tan fácil y tan bonito.

Me dio un beso y se metió directo a la escuela. Apreté con fuerza la nota en mi mano. ¿Por qué me tenia que poner tan nerviosa? Solo era un simple papel...

Mientras caminaba hacia mi instituto abrí el papel. Ponía “Te voy a conceder tu deseo, en el descanso espérame en la azotea. Y por favor Sam... Sonríe ;) Jack”.

¿Mi deseo? ¿Cuál de ellos? Apresuré el paso mientras pensaba a cual deseo se refería y entonces recordé la tarde pasada. El rubor tiño mis mejillas mientras entraba al instituto. El timbre estaba a punto de sonar y la gente corría para no llegar tarde. Yo iba más tranquila porque mi primera hora era de estudio. Estaba tan metida en mi mundo que tropecé con algo. Miré hacia mi derecha. Un chico rubio de ojos verdes como la hierba estaba sentado en medio del pasillo. Me había tropezado con sus piernas que obstruían el paso.

-          Lo siento – dije tímida.

-          ¿Estas bien? – me dijo el chico sin ningún cambio en su cara. Estaba sereno.

-          Sí... – Me puse de pie mientras me limpiaba la falda - ¿Y tu?

-          Por mi no te preocupes encanto – me sonrió al verme enrojecer de la vergüenza y también se levantó - ¿Eres Samantha de ultimo curso no?

¿Cómo sabía mi nombre? Normalmente intentó pasar desapercibida. En clase solo trataba con Raquel, con el delegado (cuando faltaba constantemente...) y ahora con Jack. Le miré atentamente pero no lograba recordar quien era.

-          Y tu...

-          Soy Derek Craven, voy a tu mismo curso pero a clases distintas – dijo interrumpiéndome, me cogió de la barbilla para que le mirara a sus ojos verdosos, el miedo recorrió mi cuerpo por los recuerdos – No olvides mi nombre preciosa – se dio la vuelta y con la mano levantada en forma de despedida añadió – Nos vemos Samy.

Me quedé bien quieta, mirando como Derek desaparecía por el pasillo. Alguien me tocó en el hombro, me giré y allí estaba mi querida amiga.

-          ¿Quién era ese tío bueno? – me dijo con su sonrisa coqueta.

-          Se dice hola primero Raqui – me encogí de hombros – No se quien era, me tropecé con él cuando iba por el pasillo, se llama Derek.

-          Pues me gusta – me pareció ver dos corazones parpadeando en su mirada.

Yo solté una risilla al ver a mi amiga flotar en una nube y ambas giramos para ir a clase.  

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