17 abril 2012

Capitulo 22 "La luz de mi oscuridad"


-          ¿Mama? ¿Eres tú? ¿Estás bien? ¿Pero de verdad que eres tú?

Escuché una risa que fue música para mis oídos.

-          Sí mi niña, soy yo.

-          ¿Estás bien?

-          Sí, ahora estoy muy bien.

-          Estaba tan preocupada por ti... Jack me contó lo de tu ataque de ansiedad.

-          No te preocupes por mi Sam, ahora estoy perfecta porque estoy escuchando a mi niña querida.

Las lágrimas rodaban por mis mejillas, como un grifo que no se puede cerrar.

-          Por favor... Mama... Dime la verdad...

-          ¿A que te refieres?

Jack giró la cabeza, cerrando los ojos bien fuerte, como queriendo no recordar.

-          Mama...

-          No te preocupes mi niña. Pero dime ¿cómo te va todo? ¿Tu estás bien? – me dijo, claramente estaba desviando el tema.

-          Ahora todo esta muy bien, me cuidan muy bien...

-          Va mi niña, no te me entristezcas. Te toca ser feliz.

-          Quiero verte.

Hubo un largo silencio.

-          Te prometo que nos veremos pronto Sam. ¿Cómo esta Mikel?

Sin quererlo un sonrisa broto de mis labios al pensar en él. Se estaba convirtiendo en el niño de mis ojos.

-          Está precioso, es un encanto de niño.

Pero me quedé quieta al recordar que no sabía como se conocían.

-          Mama... ¿cómo es que conoces a los McGregor?

Otro silencio.

-          Verás... – se escucho una voz grabe al otro lado del teléfono – Sam, ya hablaremos otro día, ahora tengo que colgar ¿vale? Al parecer me han pillado – y soltó una risilla nerviosa.

-          Está bien ¿cómo puedo localizarte?

-          Ya lo haré yo, ¿vale? – se callo para luego añadir – Esta vez te prometo que no te haré esperar tanto, te lo aseguro.

Y se cortó la comunicación. Me senté de golpe, sacando todos mis nervios en pequeños temblores. Jack se acercó preocupado.

-          Sam, ¿estás bien?

Y me agarré a él. Como en la noche pasada. Queriendo que el me hiciera tranquilizar. Queriendo que todo fuera distinto y que hubiera tenido a mi madre siempre a mi lado. Apenas conocía a mi madre, si me paraba a pensarlo.

-          Si – dije en un susurro- Jack, gracias.

-          Entonces, ¿te a gustado mi sorpresa?

-          Si mucho – y le regale la mejor sonrisa que pude sacar.

-          Me alegro – dijo y me dio un beso en la frente.

Creo que me ruboricé.

-          Vamos – me cogió de la mano – Tenemos que ir a clase o llegaremos tarde.

-          No he almorzado todavía – dije algo tímida.

Se paró en seco y me miró.

-          Esta bien, ¿qué te parece si nos saltamos esta hora? – me dijo divertido.

-          Vale – dije sonriéndole.

Se estaba tan bien en la azotea. Ninguno de los dos hablábamos. Yo sabía que más por que comiera era que Jack quería que me tranquilizara.

-          Jack, ¿te puedo hacer una pregunta?

-          Poder puedes- dijo.

-          ¿De que conoces a Derek?

Noté como sus músculos se tensaban. Parecía que no podía preguntar nada sin provocar ninguna reacción en la persona.

-          Antes éramos amigos, los mejores.

-          ¿Y que pasó? – dije antes de dar otro mordisco a mi bocadillo.

-          Veras..., en mi antiguo instituto Derek, una chica y yo íbamos siempre juntos. Éramos inseparables. Siempre nos ayudábamos. Pero un día Derek y Megan empezaron a salir juntos...

-          ¿Y eso hico que te dejaran de lado o algo? – pregunte curiosa. Quería saber todo sobre Jack, aunque no sabía porque.

-          No, para nada. Seguíamos saliendo juntos. No tan a menudo, pero yo entendí perfectamente la situación. El caso es que un día Megan llegó con un brazo lleno de moretones. Yo le pregunté que qué le había pasado. Ella me dijo que no era nada, que se había dado un golpe. Quise creerla porque confiaba en su palabra. Pero después de mucho tiempo de ver que esos moretones eran más comunes en su cuerpo empecé a sospechar. Derek la pegaba, casi desde el primer día en que empezaron a salir.

-          Vaya... – no sabía que decirle, yo podía saber como se sentía Megan pero no como pudo sentirse Jack - ¿se arreglo todo?

-          Megan se fue de la ciudad. Derek y yo nos peleamos. Más tarde me cambié a este instituto y no le vi más. Hasta hoy.

-          Ya decía yo que no le había visto nunca.

-          Sam, te lo pido por favor, no quiero que te acerques a él, ¿esta claro?

-          Esta bien, pero... ¿y si a cambiado?

-          Me importa un pepino si ha cambiado.

Me callé al verlo tan furioso. Cuando sonó la campana para la siguiente clase los dos nos levantamos. El pasillo estaba lleno de gente. Delante de nuestra clase estaba Derek.

-          Samy, Jacky ¿dónde estabais?

-          No te importa- le contesto Jack entrando en clase sin ni siquiera mirarle.

-          ¿Qué le pasa? – me pregunto a mi, que me había parado en seco al escuchar el tono de voz de Jack.

Pensé en contestarle como si yo no supiera nada, pero me puse en la piel de Megan, algo que yo había vivido.

-          Tu mejor que nadie tendrías que saberlo ¿no? – le dije acusadora.

-          No, no entiendo nada.

-          Pues piensa y recuerda – acto seguido le gire la cara y me fui a sentar a mi mesa.

Sentía rencor. Y ahora mismo se lo dirigía todo a Derek. ¿Qué le habría llevado a él a hacer tal cosa? Mi padre tenía cierto motivo. Bueno, no, no era un motivo, pero si una excusa. ¿Y la suya cual seria? 

2 comentarios:

  1. Pero que coño escondera la madre, maldita intriga y derek ... se puede ir al infierno y tal, me cae mal.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Pero que tenéis todos contra Derek? XD Que esconderá la madre~~

      Eliminar