- Hacia mucho tiempo que no te veía por aquí guapa
– me dijo la señora de las palomas dándome una bolsita de comida para pájaros
que le estaba comprando.
- Ya... – le conteste con desgana.
La señora me cogió la mano y me dijo:
- Veo cambios en tu vida. Depende de ti el curso
de las circunstancias. El destino te depara muchas penas, tendrás que buscar la
luz y encontrar allí la felicidad – me dijo con una sonrisa en la cara y me
devolvió la mano.
Me aleje. Y me senté en mi banco. Fui echando comida a los
pájaros que se me ve iban aproximando. Esta señora cada vez esta más loca.
Ahora se la daba de vidente. Cambios... Hombre, pensando un poco hay muchas
cosas que han cambiado últimamente. Mi padre hacia varios días que no me
pegaba. Además me ayudaba con las tareas cotidianas y eso es un alivio para mi.
Además... esta ese chico nuevo... ¡Se me olvidaba! ¿Por qué me había llamado así?
En el instituto todos me llaman por mi nombre entero o Samy. Solo había una
persona que me llamaba Sam... Han pasado muchos años desde que escuche ese
nombre por última vez. Mi madre era la única persona que me llamaba Sam a pesar
de las quejas de mi padre que se quejaba que el nombre de Sam era de chico y no
de chica. Una lagrima resbalo por mi mejilla. Me sentía tan sola. Quería que mi
madre acabara con el calvario vivido junto a mi padre. A veces dudaba de que
ella se acordara de mi, pero luego miraba aquella fotografía y las dudas
desaparecían. ¿Qué madre olvidaba a su hija?
Cogí el sobre de mi mochila. Le di varias vueltas sin
decidirme a abrirlo.
- Vaya, aquí estas – me dijo Jack apareciendo de
la nada y dándome un susto de muerte.
- ¿Quieres matarme o que? – le dije con la
respiración agitada. Por un momento pensé que era mi padre y que me había
pillado con las manos en la masa. Guarde la carta aprisa.
- No, pero parece que eso es lo que parece. Cuando
has salido corriendo parecía que habías visto a un fantasma.
Mi cuerpo se tenso.
- Dime que me equivoco, pero ¿Tu ves fantasmas? –
me dijo con cara de circunstancia.
- No veo fantasmas – me carcajeé – es solo que...
– me miró con su media sonrisa, una que parecía más real, y me animo a
continuar – nadie me había llamado así salvo una persona – y miré hacía el
vacío intentando recordar aquellos momentos con una sonrisa nostálgica en mis
labios.
De repente apareció un niño sonriente de unos cinco años.
Con una gran sonrisa y mirándome fascinado. Luego su mirada se dirigió a Jack y
le dijo:
- ¿Es ella verdad? – se calló esperando una
respuesta por parte de Jack – Si es ella, estoy seguro. Se parece demasiado.
Sobretodo en sus ojos – y me abrazo.
Mire a
Jack. El se tapo la cara con las manos y dijo:
- Sí, es ella.
Alba: conmovedor, me ha gustado mucho!!
ResponderEliminarMe alegro de que te guste, hay para rato, lo aseguro :D
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