El silencio inundaba la habitación.
Por la ventana se veía la luz de la luna iluminando la noche. Se escuchó un
tintineo de llaves. Tras varios segundos se abrió una puerta. Unos pasos se
escucharon por el pasillo. Después de un largo silencio alguien pico a la
puerta.
-
¿Samy? – era mi padre, al parecer de buen humor.
Me levanté y fui
abrir la puerta. Allí estaba él, despeinado, sin afeitar, con los ojos
enrojecidos por la falta de sueño, delante de mi puerta. Me dio lastima.
-
¿Ocurre algo padre? – dije preocupada.
-
Estaba..., - se rasco la nuca – estaba pensando
que mañana podríamos ir algún sitio tu y yo. Hace mucho tiempo que no salimos.
-
Si eso es lo quiere, a mi me parece bien padre –
le dije, temerosa de que todo fuera una trampa, ya no sabía que esperar de él.
-
Muy bien – hizo ademán de darse la vuelta pero
se paro en seco y me dijo – Mañana nos hincharemos a comer hasta reventar – me
dijo sonriendo dejando ver una dentadura amarillenta y se fue.
Tras su marcha
cerré la puerta. Estaba cansada, confundida, dolida y muy sola. No entendía
nada de lo que estaba ocurriendo a mi alrededor. Mi padre manifestaba cambios
de humor día tras día, Raquel no me hablaba desde que me pegó una bofetada la
semana pasada y Jack no había aparecido por el instituto desde entonces.
Necesitaba alguna respuesta, alguna esperanza. Y entonces se iluminó una
bombilla en mi cabeza. Recordé el sobre que había encontrado en la basura
semanas atrás. Abrí un cajón de mi cómoda y lo saqué. Algunas de mis preguntas
quedarían resueltas una vez supiera el contenido de este sobre, pero me daba
miedo lo que eso podría acarrear. Lo abrí y lo leí atentamente. Cuando acabé de
leerla la carta cayo de mis manos temblorosas, lagrimas recorrían toda mi cara.
Intenté volver a leer su contenido pero mis lagrimas no me dejaban ver más que
manchurrones negros. No me lo podía creer. Otro cambio se avecinaba en mi vida.
La carta contenía una citación con el juez para mi padre por no haberse
presentado a varias citaciones con el abogado de la señora Mckain. ¡Mi madre!
El motivo de la citación es que mi madre quería pedir el divorcio a mi padre
además de mi custodia. Miré la fecha de la primera citación. La carta volvió a
caer sobre la cama. Mi madre llevaba más de tres años intentando contactar con
mi padre por mi. Pronto volvería a estar con mi madre. Lagrimas de alegría
salían sin parar. Pero de pronto volví a la realidad. Mi móvil vibraba encima
de la mesilla de noche. No conocía el número. Pero conteste.
-
¿Si? ¿Con quien hablo? – dije intentando no
sollozar.
-
¿Sam? Soy Jack – dijo algo nervioso.
-
¡Jack! ¿Qué te ha pasado esta semana? – una
sonrisa broto de mi labios al tener noticias de él.
-
Tenía que atender asuntos familiares ¿y tu como
estas? – le noté preocupado.
-
Igual que siempre – escuche a Jack soltar algún
taco – Raquel no me habla, ¿tienes alguna idea de porque?
-
No tengo ni idea. Oye, ¿seguro que estás bien? –
insistió.
-
Parece que quieras que me pase algo – bromeé.
-
No seas ridícula – me espetó - ¿Mañana vas estar
en tu casa?
-
No, mi padre quiere ir a comer fuera ¿por qué? –
hubo un silencio un poco largo.
-
¿Y no podrías quedarte en casa diciéndole que
estas enferma?
Tragué saliva. Si
hiciera eso mi padre se enfadaría y el buen humor se esfumaría.
-
No puedo, lo siento – no se a que venia todo
esto - ¿Cómo que tienes mi numero?
-
Mmm, se lo pedí al delegado – me dijo
tranquilamente.
-
Vaya, ¿Jack?
-
Sí dime.
-
Cuando nos veamos quiero hablar contigo.
Se escuchó un
suspiro.
-
Esta bien. Cuídate mucho ¿vale? – de fondo se
escucho una voz femenina.
-
Sí, hasta luego.
Y se cortó la
comunicación. Me quedé pensando un buen rato.
Esa voz femenina me resultaba sumamente familiar. No lograba recordar de
que. Recogí la carta de encima de mi cama y la volví a guardar en mi cómoda. Me
estiré en mi cama, y al poco rato me quede profundamente dormida.
Que cabrón el padre, ahora intenta portarse bien, ahi se muera!!
ResponderEliminarpD: jack es su hermano o se esta tirando a su madre?
Sí, eso intenta... Por lo demás :X
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