28 marzo 2012

Bestias, pasado, sangre y futuro.

La madera cruje en la chimenea consumiéndose por las llamas. Esa era la única luz que alumbra la sala. Un pequeña biblioteca, con un par de sillones antiguos que se situaban adorando al fuego. Yo, sentado en uno de ellos, levanto mi mano con mi copa de... ¿qué era esta noche? Bah, alcohol. El liquido ambarino y traslucido se mezcla con el baile de las llamas. La noche era larga, como la que más. Aunque realmente no sabía si era de noche. Las ventanas estaban tapadas con maderas, impidiendo que entrara cualquier rayo de luz. Tampoco sabia cuando días hacia que me escondía en aquella vieja casona abandonada. Había hecho un paro en mi camino aunque sabía que tenía prisa y que le estaba esperando. Pero aquella botella de whisky le hizo tragar saliva y no se pudo contener. ¡Maldita bebida! Pero era lo único que tenía sentido en este mundo para él. Porque todo lo demás había cambiado, de un día para otro. Sin preguntar si se podía, o sin avisar si quiera.


¿ Bestias que se comían a la gente? ¿En serio? Puta mierda de todo. Había visto morir a sus amigos, a su familia, a su mujer que esperaba a su hijo... y seguía viviendo. Pero, ¿para que? Cuando conocía a Liss algo dentro de él empezó a encajar, ya no se sintió extraño siendo como era. Empezaba a darse cuenta que su forma de ser congeniaba con la de ella. Había sentido la necesidad de quererla y protegerla. Puesto que ella la daba sentido a su vida, a querer abrir los ojos por las mañanas. La vida era casi perfecta. Hasta que lo dijeron por las noticias. No sabían de donde venían, o que eran. Había gente que pensaba que era un ser humano mutado. Y puede ser que en algún momento fuera así, pero incluso esas cosas habían comenzado a reproducirse... Y no quería saber como, la mera idea de imaginarlo me producen arcadas.


Para el caso, cuando me quise dar cuenta de lo que estaba ocurriendo, de que era real poco más pude hacer que esconderme junto con Liss. Pero ella estaba embarazada de 8 meses y no podía moverse mucho. No había sido un embarazo fácil. Resguardados en el sótano de nuestra casa escuchamos ruido arriba. Escuchamos pedir ayuda y la mirada de Liss reflejo  la necesidad de socorrer, estaba alterada. Quise salir a investigar, pero no encontré nada. Salvo cuando di media vuelta. Liss estaba muerta..


Me bebo el último trago de mi copa y la lanzo contra el fuego. Este se enciende vacilon durante unos segundos. Pero oh, fantástico. ¡Hay más! Me limite a sobrevivir, a seguir adelante. Nunca había sido una persona que se dejara vencer por las emociones. Aunque necesitaba realmente a Liss ella ya no estaba y ya no tenia que demostrar nada a nadie. Pero si podía hacer algo, acabar con cada cosa que devoró a mi familia. Y así hice. Cada cosa que ha pasado por delante de mi no ha visto ningún nuevo amanecer. Pasaron los años, yo seguía mi instinto. Hasta que un día, cuando quise darme cuenta de todo el tiempo que había pasado, lo vi. El reflejo en el espejo era de un hombre, de unos treinta años, pero realmente debía tener unos sesenta y pocos. ¡Tachan! No envejezco. ¿Chachi verdad? Pues no. Es una puta jodida mierda. ¡Esto nunca termina!


Y para colmo ahora me toca ir a un aquelarre del norte de donde me encontraba. Tenían ciertas hipótesis sobre algo, un movimiento controlado o algo así, de las bestias. Y necesitaban de mi sabiduría. ¡oh, halagador! Mierda. Aunque realmente sentía curiosidad. ¿Un aquelarre dirigido por una mujer? Era una niña la última vez que la vi. ¿Ya era capaz la pequeña Ariadna? Eso tenía que verlo, incluso de ponerlo a prueba, je.

1 comentario:

  1. Tienes que revisar las cosas antes de subirlas! XD Pero está muy bien, me encanta tu imaginacion y las historias que creas y entrelazas, no dejes nunca de escribir!!

    PD: Yo tambien quiero ver de que es capaz la pequeña ariadna :D

    ResponderEliminar